Karlovy Vary y Loket, del comunismo al lujo salvaje

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Uno de los países dónde mayor cambio he visto en los últimos 5 años ha sido claramente la República Checa. La primera vez que lo visite fue allá por el 2011, aun recuerdo esa llegada al aeropuerto de Praga y cómo aún siendo la ciudad más turística de centroeuropa no se podía quitar ese halo de su pasado comunista. No es necesario salir del centro de las grandes ciudades (y no tan grandes) para encontrar esas mastodonticas moles de hormigón.

Pero no es en Praga dónde ese cambio me ha impactado más sino en una de sus capitales de provincia Karlovy Vary (Karlsbad por su nombre en Alemán). Esta ciudad bohemia conocida principalmente por sus aguas termales ha evolucionado de su pasado comunista con Checoslovaquia y la posterior caída de la Unión Soviética en 1991 ha convertirse en un obsceno producto del lujo más exhibicionista, la Marbella de Centroeuropa.

Karlovy Vary

En la actualidad pese a contar con un interesante centro histórico y a sus múltiples fuentes termales si por algo es conocida extraoficialmente es por convertirse como el destino de vacación de lujo para ciudadanos rusos. Su pequeño aeropuerto cuenta con frecuentes conexiones con la federación rusa.

Olvidándonos por un momento de esta situación nos encontramos, como hemos mencionado, con una ciudad ajardinada y pensada para ser una ciudad balneario. Su situación cercana al parque natural de Slavkovský les la hace perfecta para unas vacaciones tranquilas dónde descansar y disfrutar de la naturaleza.

Aguas Termales Bohemia

Karlovy Vary, ciudad monumental

La ciudad construida a lo largo de la unión de los ríos Ohře y Teplá hace que a sus margenes se asientes edificios históricos que bien merecen una visita. Igualmente los edificios que dan lugar a las fuentes de aguas termales son interesantes desde el punto de vista arquitectónico. En sus calles podemos encontrar vida a todas horas ya que es una ciudad pensada para el turismo dónde el centro esta plagado de hoteles y restaurantes enfocados a un público pudiente principalmente ruso y alemán.

Por su condición de capital del distrito podemos encontrar barrios más humildes y es justo en este punto dónde se encuentra ese contraste entre edificios de hormigón de los 60 con hoteles de 5 estrellas superlujo. Esta ciudad aparte de famosa por sus baños es conocida por sus fabricas de cristal, el conocido cristal de bohemia.

 

Loket

Loket, a poca distancia de Karlovy Vary ofrece una visión completamente diferente a la que ofrece esta última. Este pequeño pueblo aunque cuenta con hoteles y restaurantes ha mantenido mucho mejor el espíritu original sin dar lugar a ese lujo tan molesto. Cómo entrada al parque natural esta enclavado en una colina rodeada por un río que lo hacía enclave ideal para la construcción de un castillo en época medieval. Este castillo perfectamente conservado y abierto al público ofrece unas inmejorables vistas de la ciudad.

En verano cuando el buen tiempo esta presente es objetivo de aquellos que gustan de perderse por sus caminos así como de los amantes del ciclismo y el piragüismo. Existen un pequeño itinerario por las colinas cercanas a la ciudad que permite rodearla y obtener unas impresionantes perspectivas de la misma.

Loket

En definitiva tanto Karlovy Vary como Loket merecen una visita aunque hemos de ser conscientes que el turismo en esta primera ha llegado a un nivel dónde resulta molesto. No obstante como visita de un día no presentará ningún problema más allá de algunos empujones con turistas rusos en la calle principal.

 

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